El tiempo no corre, ¡vuela! y cuando se trata de la evolución de un bebé mucho más. Aunque ya dejamos atrás la fase del gateo, jugamos de vez en cuando al corre corre o a que te cojo por los suelos, sobre todo en días grises como hoy.
Aunque no todos los niños pasan por esta fase, yo creo que es muy importante para su desarrollo y conocimiento corporal. Actualmente se les incentiva mucho a estar de pie con saltadores y juguetes que parecen una nave espacial donde se sientan y tienen a su alcance todo lo que les llama la atención. No tienen se esforzarse, sólo alargan las manos y, de pie, consiguen lo que quieren. Es cierto que se pueden pasar horas entretenidos, que son seguros y todo lo demás. Se mueven, se ríen, lo pasan bien, ejercitan su cuerpo pero no fomentan el gateo propiamente. Para eso hay que estar en posición horizontal y no vertical. Sofie con ocho meses empezó primero a pseudogatear arrastrando el culete por la casa medio sentada. Era un "sí pero no" hasta que se lanzó. Primero sobre blando y luego ya no había quien la parase.
Algunos juegos que hacía con Sofie en su manta en el suelo o en la cama eran: coger el muñeco o un pañuelo o un juguete que la gustara para que lo siguiera con la vista, intentara cogerlo o se lo ponía en los pies para trabajar el abdomen (también los calcetines con muñecos y sonajero de colores vivos) . Ejercitaba las rodillas y los brazos jugando en posición parecida a la carretilla, con balanceos, sujetando bien las caderas, colocándola a cuatro patas y la mecía. También la ponía sobre almohadas y cojines en posición gateo y progresivamente le quitaba apoyos; la rodaba en la cama abrazando un cojín, y cómo no, la estrella de los juegos: el pilla-pilla.
Eso sí, cuando estaba cansada o no quería jugar, no la forzaba (igual que en la fase de sentarse) y siempre que conseguía coger el objeto que la ofrecía o atraparme o lo que fuera lo celebrábamos por todo lo alto. La verdad es que nunca he tenido a Sofie metida en el parque o cuna o cochecito o sillita o mecedora (eso ni lo hemos tenido) a menos que fuera para dormir o para pasear o por algún motivo realmente importante. La he dejado libre por la casa, siempre vigilada, por lo que ha tenido espacio a sus anchas. Sí tuvimos saltador y andador pero lo usábamos controlando el tiempo y no todos los días. La pusimos a andar sólo cuando ella sola ya se ponía de pie apoyándose en el sofá o en la mesa y se movía lateralmente y tampoco mucho rato. Si ella se movía de aquí para allá por sí misma, bien y si no, pues al suelo.
Lo que sí utilizamos ese tiempo y actualmente en casa son las zapatillas de gateo o krabbelschuhe. Son de piel, sin tintes tóxicos, ligeros, flexibles y tienen la suela antideslizante. Permiten adquirir una postura natural del pie, con los dedos estirados, notando el suelo y da libertad total de movimientos del pie y del tobillo.
Aquí los niños las usan un montón incluso cuando ya van a la guardería, al parque o lo que sea. Lo Eco es el último grito pero ya hablaré de la moda norteña en otra ocasión ¡que da un juego que no veas!
La línea Cuquito Up Gatea tiene refuerzo en la puntera por lo que es ideal para el gateo y en los primeros pasos. Son zapatos ligeros, flexibles y con gran sujeción pero permiten al niño moverse con facilidad.
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La entrada de hoy va dedicada a mi pequeña Ainhoa, a la que achucharé en menos de un suspiro y con la que espero jugar a las croquetas y mucho más.