17 dic 2013

Vivencias alemanas III

Un día hablando con amigas alemanas (se pueden contar con los dedos de una mano: no penséis que es fácil congraciarse con las teutonas de una manera sencilla y natural como tengo por costumbre), llegué a la conclusión de que en este país si eres mujer debes elegir entre tener una vida profesional o una vida como madre. Es muy triste e incluso insultante cómo nos venden Alemania como un país progre alejado de la imagen tradicional de la mujer en casa mientras el marido trae el pan. Sí, digo marido porque se nota y mucho la diferencia de impuestos entre un estado civil y otro.


Ellas, que acarician la treintena como yo, veían con cierto terror eso de cambiar radicalmente de vida por la llegada de un bebé. La aventura de encontrar guardería es una odisea llena de impedimentos y sus horarios suelen ser de risa. ¿En qué demonios se puede trabajar si un hij@ va a una guardería 4h al día? ¿Quién leches va a querer contratar a alguien sólo tres horas diarias?Ahora entiendo por qué los minijobs los realiza principalmente el sexo femenino pero ¿no es escandaloso que tras trabajar 40 años en un minijob, que maquilla los datos del paro del país a las mil maravillas, te quede un pensión de menos de 200 euros? Ante esta pregunta me respondieron mientras daban una calada a un cigarro: "Bueno, pero estará la de tu marido". Les dije que si tenía entonces que mentalizarme de que aquí no podría labrarme un futuro profesional hasta que los niños fueran a la universidad y me dijeron que más o menos porque el colegio en Primaria también tiene horarios especiales que varían con el día de la semana. "Pero, tranquila, en Secundaria eso cambia" ¿¿Tranquila?? Estamos hablando de diez años vista y si tenemos más hijos ese tiempo se alarga. ¿¿Tranquila?? Sólo pude ponerme a mirar el cielo y contar las estrellas que me alejaban de casa.


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