27 may 2014

Pensando en el parto

Llevo varios días dándole vueltas al tema. Recordando el de Sofie he de decir que pecamos de ingenuos ya que cuando nos dijo el ginecólogo "Estás empezando a dilatar. Si no sale hoy, vete mañana al hospital porque esto está ya" no pensamos que estábamos hablando de un parto inducido en toda regla. El mero hecho de que coincidiera con una visita exprés de mi marido y que él pudiera estar conmigo en ese momento me nubló la mente y no me dejó ver lo que había detrás. Acabábamos de cumplir las 40 semanas y no había motivos para extrañarse. El parto fue bien ya que, sinceramente, poca cosa tuve que hacer. Al ingresar me
pusieron un gotero y me monitorizaron. Había que armarse de paciencia ¡Y tanto! ¿Cómo iba a parir si mi cuerpo no estaba en ese punto?. Al principio no solicité epidural pero tras 6 horas de espera,  una dilatación escasa y el gotero a todo trapo, la matrona me dijo que tenía el útero muy musculoso y que había que relajarlo así que accedí. Me habían pinchado la bolsa hacía unas cuantas horas y no quería que hubiera complicaciones. A pesar de monitoreo y pruebas no vieron que la niña venía con doble vuelta de cordón hasta que asomó la cabeza y al tener que maniobrar me desgarré un poco (4 puntos). Por lo menos me libré de la cesárea y todo salió bien. Me la pusieron encima (piel con piel) pero se la llevaron pronto, o eso me pareció. Después de expulsar la placenta y coserme nos llevaron a la habitación a los tres y ya la tuve encima horas y horas. Cuando vinieron a preguntar si queríamos hacer uso del nido, la negativa rápida y sonriente hizo que no se volvieran a preguntar tonterías como esa en lo que restaba de estancia hospitalaria (las 48 horas de rigor y fuera).

Ahora estoy informándome, mirando planes de parto, buscando una matrona (si mi bisabuela estuviera aquí sería ella sin duda), preguntando al ginecólogo... Las ecografías dicen que ya está colocada por lo que no creo que haya complicaciones en estos dos meses de espera. Quiero un parto respetado, en el que marquemos nosotras el ritmo y en el que se intervenga lo menos posible mientras sea posible (a menos que haya razones médicas de peso y no de prisa). Para ello, dejaré que el parto se inicie de manera espontánea y natural, nada de inducción, acudiré al hospital cuando las contracciones lo indiquen, pediré que me dejen moverme según me pida el cuerpo, el piel con piel tras el parto, ponerla al pecho en cuanto sea posible... Está claro que tiene que doler pero el cuerpo femenino está preparado para eso. Ahora toca prepararse a todos los niveles para poder vivir la experiencia más maravillosa que es traer al mundo al amor de tu vida.



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