Una cosa que me preocupan son las rabietas. Hemos empezado a tener algún breve momento de esos en los que te preguntas dónde diablos se ha metido tu preciosa niña al mirar ojiplática a un pequeño ser descontrolado dando gritos y manotazos y soltando lagrimones de cocodrilo. Y más que a que me puedan llamar la atención los vecinos por la escandalera, lo que me da cosa es que en ese arrebato se haga daño.
Sé que son parte de la evolución, que es una etapa pasajera y que hay tener mimo y paciencia intentando que su frustración permanezca dentro de unos límites y evitando que se haga daño a sí misma o a alguien o rompa algo. No sirve de nada discutir, castigar, gritar e incluso razonar en esos momentos. Tampoco hay que esperar a que se enrabieten para hacerles caso o dar un premio por calmarse o ceder a sus deseos después del berrinche. No es cuestión de estar atendiendo sus deseos a la primera de cambio porque serían pequeños dictadores, pero tampoco dar preferencia a cosas menos importantes antes que a ellos.
Algunas ideas para actuar en esos momentos:
- Asegurarse que el niño come y duerme adecuadamente, que el pañal está limpio y no le duele nada.
- Hacer un cambio de actividad con tono alegre.
- Intentar sugerir en lugar de imponer. por ejemplo, "¿Y si te pones el abrigo y vamos a la calle?" en lugar de "como no te pongas el abrigo, no sales".
- No decir tantas veces NO.
- Cuidar el lenguaje que utilizamos.
- No pelear por cosas irrelevantes.
- No ofrecer opciones cuando éstas no existen.
- Ignorar la rabieta y seguir con tus cosas.
- Proponer alternativas una vez pasado el mal trago.
Si me pongo en su lugar es muy complicado poder expresar todo lo que uno quiere sin hablar. Desea independencia pero al mismo tiempo requiere mi atención. Y como no ha sido fan de dormir cuando está cansada se pone más cabezota. Así que me toca reencontrarme con mi lado zen, mantener la calma, respirar, mantener las reglas y alegrarme cada vez que superemos un breve episodio de locura.
Lo que le pasa es que todavía no sabe decir: "eres muy pesada, quiero ir con la abuela". Bromas a parte lo estás haciendo muy bien mi niña.
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