Viajar con un bebé requiere planificación, especialmente cuando viajas sola. Eso de tener un pie en Madrid y otro en Colonia ha hecho que desarrolle súperpoderes de mamá. Al principio viajaba con el carrito, maleta y la niña pero las cosas se complicaban al llegar al control dichoso. Si la niña estaba despierta, mal que bien te las ingeniabas pero si estaba dormida....¡horror! Te obligan a desmontar todo el coche, pasar sola, luego con la niña y añade bolsa de pañales, agua, juguetes y las mil capas entre abrigos, chaquetas y demás. Luego monta todo y vuélvelo a desmonta para acceder al avión Todo un show.
Decidimos comprar una mochila portabebés, que me resulta muy útil para hacer la compra y así ir con el carrito como una "maru" más, y cada vez que voy a viajar me la llevo. Cuelgo a la niña y tengo las manos libres para lo que haga falta. A la hora de recoger las maletas (Sofie necesita una para ella sí o sí) todo es más fácil. Y muchas veces se queda dormida ahí colgadilla como un jamón y tan feliz.
Elegimos la mochila Stokke Mycarrier porque no hace falta otra persona para colocar al bebé, se puede usar hasta que el bebé pese 15 kg y encima tiene tres posiciones que se adaptan al crecimiento del niñ@. Al principio parece complicado pero luego está chupado.
Hoy volamos... ¡Allá vamos Madrid!
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